que sonríe a la vida
sin nostalgia,
con dos dientes y medio.
Una niña que sabe
que no tienen remedio
a los trece el amor,
las caderas,
la salida del vello.
Un deseo profundo,
un antiguo proyecto
que despierta,
que pareció olvidado en el camino
y germina
como si fuera nuevo.
El asedio del tiempo
con abrazos,
con bromas distraídas
y la mente en silencio.