Ya no están las palabras.
Unas sonaron tanto...
se volvieron murmullo de la vida
ya no hablaban de nada, sonaban.
Otras, nunca se oyeron,
y a veces todavía reverberan
entre las cuatro paredes de hueso
que delimitan un mundo entre otros mundos.
Los hechos, hasta los más canallas,
son sinceros, les cuesta camuflarse.
"Jamás" y "para siempre" se evaporan,
la ausencia se respira y se bebe.
"Te amo" puede ser ilusión o mentira,
hojas de árbol que caducan y vuelan.
El abrazo, aún siendo falso, es un abrazo,
está hecho de calor y de presencia,
tiene principio y fin en un instante.
Por eso, lo repito, ya no escucho promesas,
quiero ya lo de ahora,
mañana no es más que otra palabra.
No hay comentarios:
Publicar un comentario