yo, con toda la sangre cantora,
poblaría tus días
de ventanas abiertas y de danzas.
Yo te haría un palenque en mis brazos,
en el mundo que bañan mis sueños mejores.
Tu despertarías
olvidada de todos los finales,
dormirías desnuda
de las vidas antiguas.
Borrarías mis preguntas cansadas,
y las certezas tristes
cambiarían sus contornos, como nubes
arrastradas y deshechas por el viento.
Yo inventaría leyendas y boleros
para burlar al tiempo.
Y un día
romperíamos juntos las fronteras del sueño.
Para eso debemos existir,
yo en el mundo que habitas,
tu en el mundo que habito.
No hay comentarios:
Publicar un comentario