las máscaras del tiempo,
de los camaleones,
los colores sinceros.
Sus plumas son de escarcha,
sus alas, de cangrejo,
su mirada, de estatua
sus abrazos, de fuego.
Su horizonte es de muro,
sus promesas, del cielo,
su razón, de aguardiente,
su equilibrio, de huevo.
La certeza camina
como el tronco de un cedro.
Bebe un vino agridulce
de arenas de desierto.
Es un niño borracho
haciendo de arquitecto
de nuestras decisiones,
de nuestro desaliento
(de los camaleones,
los colores eternos).
La certeza es de humo,
el amor es de viento.
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