domingo, 18 de marzo de 2012

EL LADO POSITIVO

No maldije al amor con su ceguera.






Tu nunca me dejaste para luego,
ningún abrazo tuyo eché de menos,
no jugaste estrategias de dominio,
no te sentí lejana ni mezquina.


Jamás tuve el impulso de engañarte
ni tuve que ponerte en la balanza,
no hubo sospechas ni arrepentimientos,
no hubo perdón amargo ni delito.


No aminora la llama un sexto invierno,
ni la monotonía apaga el brillo.
No siento marchitarse tu belleza.


No se hace más liviano mi deseo,
ni me inquieta que el tuyo me deseche,
porque no existes, nunca has existido.

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