viernes, 24 de junio de 2011

EL DESEO



Madre, creo que ya comprendo,

pero si me lo hubieras dicho antes,

me habrías ahorrado sufrimientos.

¿O es que no hay otra forma de aprender
que no consuma el vigor de tantos años?

Cinco sentidos que poco o nada mienten, 
y uno traidor que conduce la inocencia
a los más bellos e injustos precipicios.

Natura, los ojos, la nariz, las manos, 
la boca de besar y los abrazos,
siempre escuchando confiadamente
al sexto hermano, al impostor risueño.

¿Ha de ser siempre así? dime ¿hasta cuando?
¿De que le sirve al viejo esta sabiduría
cuando su carne
ya no provoca sueños?

ya casi no arde,
ya solo corazón.

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