Eres luz y eres sombra, eres rocío
con tibieza de sol horizontal,
carícia verde, beso mineral,
dulzura y sal de unión del mar y el río.
Te soñó así mi fugaz albedrío,
¡qué desafío en mi edad otoñal
mudar en bálsamo el cruel temporal
que desató en mi tu corazón frío!
La flor madura, antes de su final,
en fruto o en marchito desvarío.
El río recompone su caudal.
Después de ti, yo recompongo el mío.
Avanzo sobre lo que hicimos mal,
de lo que antes lloré, ahora me río.
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