Dame los buenos días con tu pubis
y tus brazos que me salvan del mundo.
No hables de propiedad, aunque me tengas,
empújame solo físicamente.
Mi vida no es de nadie, te la presto.
Si un día no te sirve, no la ensucies,
no la tires, devuélvesela al viento,
entrégasela al mar y a las hogueras.
Las canciones sobreviven sin besos,
nadie consigue ocuparlas enteras,
ni los poemas son de un solo uso,
no son estatuas, comen, se resfrían...
cuando les echas cuentas, han crecido,
han mudado la piel como serpientes,
o los ha descompuesto
el moho de la lógica.
Por eso, si te quedas, cantaremos,
será la mejor forma de ver que caminamos
desafiando viejas definiciones,
por lineas paralelas que se cruzan
avanzando hacia donde ya estamos,
dando largas al tiempo y al futuro...
Y si no, soñaremos en los territorios
que habitamos ahora, ni tuyos ni míos,
sino de nuestra mezcla, la que va a deshacerse.
Vendrán dias finales en los que solo importe
el placer de los sueños que vivimos despiertos.
Por eso, buenos días te desean mis brazos
y el cuerpo que te empuja solo físicamente.
