por no sentarme donde no conviene.
Son circunstancias que el viajero tiene:
las miserias junto a las maravillas.
Yo vengo de La Habana y me entretiene
la búsqueda de tragos y de sillas,
los aeropuertos lo hacen a uno astillas,
el huso horario de quien va y quien viene.
Cancelación, retraso, llora un nene,
otro ríe, juega a "que no me pillas",
con su risa, el fastidio se detiene.
Pasillos, locuciones, ventanillas...
paciente espero que mi aviso suene
vuelvo a Granada desde Las Antillas.
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