¿Algún soneto aliviará mi paz maltrecha?
¿Que guaguancó me anegue y me descivilize?
¿Habrá una hierba para ver mis cicatrices
sin revivir venenos fríos y hondas flechas?
Al despertar ¿podré sonreir a los días
que, uno tras otro, me invaden y me someten?
¿Perdonaré a la vida que muerte promete
y jugaré a los naipes con mis utopías?
¿Querrá el amor atarme en su tela de araña
sin la crueldad de liberarme moribundo
para reírse de mi andar desorientado?
Si germinaran las semillas que he sembrado
¿llegaré a verlas propagarse por el mundo,
o bailaré antes con la piadosa guadaña?
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