Piedra, dicen de ti que si eres negra
es porque tragas luz y te la quedas.
Luz, tu que existes
para mostrar las cosas y los seres,
dime a qué te dedicas
cuando vagabundeas
por desiertos y planetas gaseosos,
dime también a donde vas
por los sueños de seres subterráneos.
Nieve, tu juegas al espejo,
te disfrazas y finges el calor
que promete la luz
a la que tu no acoges.
Se engaña quien olvida
que tu casa es el mar,
que la sal es tu amante,
la luz solo un ingenuo pasatiempo.
Quién sabe porqué Dios,
que ya se habrá aburrido algún milenio,
no inventa la nieve de carbón
nieve de sangre
nieve de oro
nieve color de envidia...
Hasta que tenga el agua mil colores.
Mientras tanto soñamos,
para no estar a ciegas,
que a pesar de caminos oscuros
la luz es el principio
y al final nos espera.
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