no son más final de lo que son principio.
Hay tanto mar en un vaso de lluvia,
tantos meteoros lejos de mi mente...
Cantemos,
eso no debe ser presa del olvido.
El miedo, leal a su tarea,
me asiste al pensar que es posible
que se hayan agotado los abrazos.
Enseña músculo a la sabiduría,
labrada tan despacio
que ya sabe esquivar desafíos.
Escuchadnos cantar!
esto no debe ser presa del olvido!
que piensa que juega con ventaja,
si lo reconsidera,
ve que no es más comienzo del desastre
que armisticio final de las guerras
del amor y el fastidio.
Entonces, mientras respira el universo,
no es pronto ni es tarde,
cantemos,
eso no puede ser presa del olvido.
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