Olas y personas,
se ven venir,
prometen, se retiran,
después seguirán otras.
Algunas besan pies,
otras destruyen.
Las que besan, lo hacen sin alarde.
Las otras son actrices principales
de la ferocidad de la ignorancia.
Una vez más, cantemos,
no podemos sucumbir al desvarío
de la existencia del amor y el caos,
la quimera del esquivo equilibrio .
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