donde nunca han volado mis manos,
donde nunca vivirá el recuerdo,
ni hubo desengaño.
Quizás en este sueño
el infortunio no note mi ausencia
y pase de largo.
No hay luz en las retinas.
En un banco,
bajo el árbol anónimo y dormido
no han cercado mis brazos
un instante preciso
de fuego perfumado.
Ni la imaginación
creará un paraíso compartido
que entreguemos al sol cuando muramos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario