I
Me escondo de mi mismo para darme un buen susto.
Una oreja, los brazos, el páncreas y las cejas
se parten de la risa contemplando a distancia
el semblante que han puesto la nariz y los codos,
que se enojan bastante pues tienen poco aguante.
El resto de la mente, el bazo y los tobillos
miran indiferentes con aire de fastidio
y superioridad (en edad y gobierno).
II
Una rana sin alas frente a un confesionario
decidió dar dos vueltas al país más meado.
Hágale! dijo el lápiz con su bigote austriaco,
y la rana olvidaba la leche en las carpetas.
Como no llegó Ambrosio, todo nos daba vueltas,
y dijo un colador: ¡Bienvenidas las momias!
Fue por eso que el Talgo ya no pasa por Marte,
y una rana sin trenzas frente a la droguería.
III
Guante. Seis. Amarga. Hubo dicho. Lento.
Fiebre. Logaritmo. De acuerdo, sin nubes.
Haya paz. Almeja. Loco. Blanco o tinto.
Berbiquí asombroso. ¿Que tal? Buen espasmo.
Así, sin sonrojo raja la jarana.
Usó su sonrisa sin ser sigiloso.
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