esperabas que aquello sucediera
normalmente,
como les pasa a los demás.
Pero...
otra vez tu guión
empieza a hacer las cosas por su cuenta,
como si no fueras tu quien lo viviera,
como en un sueño.
Los demás
mueren, triunfan, olvidan,
son de otro país, viven en otro siglo.
Pero tu sigues ahí,
entre las cuatro paredes de tu cráneo,
asomado al balcón de tus ojos,
contemplando sin poder remediarlo
que tu guión presenta anomalías,
que, sin pensarlo, esperas
que no te pase como a los demás
o que haya cosas que sucedan normalmente.
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