De la prisión sin muros que es tu abrazo
se ha perdido la llave.
Buceando en los sueños del pasado,
cuando tu abrazo tenía color y forma,
antes de que el amor ya se desmaquillara,
no encuentro la salida ni la entrada.
Escrutando tenazmente los planos
del territorio donde nos perdimos,
donde tanto esperé lo que no existe,
no alcanzo a comprender lo que buscaba.
El exterior de aquello que no ha sido lindado
habla un idioma de cuestiones capicúa,
de canciones circulares que no acaban,
que cuentan cosas de llaves perdidas
que no encerraban nada.
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