viernes, 1 de abril de 2011

ROPAS

Llegaste vestida de esperanza
y tus ojos soplaban una brisa fragante.
Yo, pobre de pasión, vestía de olvido,
y me puse manos, boca y ojos de fiesta.

Luego te disfrazaste de mujer desnuda,
yo de hombre feliz,
dibujando senderos de besos por tus campos.
Fuiste la tierra para mis raíces,
y los dos nos vestimos de anhelos alcanzados.

Un día, tu brisa mudó en ráfagas
indecisas, tangentes y tercas,
calzabas lemas cínicos, descabellados, fríos.
Yo me puse el equipo de naufragio.

Hoy no te veo,
vas vestida de larga distancia.
Ni tu me ves,
voy vestido de poeta.

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