El mar camina siempre hacia fuera de si,
no se detiene, no, no duerme nunca.
Sus pasos son las olas cortejando a la tierra.
La tierra es bella y cruel, leal y firme.
Toma y libera y toma los abrazos,
dándose poco a poco,
resistiendo, sin devolver los golpes,
el amor desmedido de las olas,
sus feroces latidos de saliva,
sus incansables empujones de deseo.
Entre el mar y la tierra,
¿Quien es el macho?
¿Quien es la hembra?
Cuando el aire está en calma,
el mar presta su espejo.
Nacen, vuelan, se cruzan
las miradas ardientes y serenas.
La tierra, a veces, como si eyaculara,
conquista superficies con sus ríos de fuego.
El mar espera confiadamente,
se sabe superior en la contienda
a su amante enemigo,
sin descanso lo provoca y lo venera.
Entre la tierra y el mar,
¿Quien es la dama?
¿Quien el galán?
Como siempre que te leo, me sorprendes, me encanta y espero que sea siempre así, en ese caso sera que tus ganas de vivir, de escribir y transmitir, no se acabaran, no cambies!!!!
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